martes, 18 de enero de 2011

CARTA A MI MADRE.....

Madre, una palabra muy corta para todo el significado que envuelve tan preciada expresión de amor... quiero hacer un recorrido por las etapas de la vida en las cuales siempre hemos tenido ese ángel con nosotros.
Desde el momento en que la noticia del embarazo llega, existe una alegría inmensa por dentro y por fuera, sabiendo que el producto de un amor ha llegado a formarse en el interior de su vientre y sintiéndose desde ese momento, la persona más dichosa del mundo y con justa razón, ya que está en la espera de lo que será su mas preciado tesoro...  NOSOTROS!!!
Luego llega el momento del nacimiento... carreras, nerviosismo, histeria, locura, desesperación, ansiedad, dolores  etc. todo esto lo viven las queridas madrecitas, pero lo enfrentan con tanta valentía cual si fueran los seres más duros de la tierra. En nuestros primeros meses, somos el porqué estar en la casa, el porqué volver temprano del trabajo, el orgullo de la familia, el poder mostrarle al mundo el producto del amor hecho realidad. Nos llenan de mimos y besos que nos escapan a deshacer, somos los seres más bellos para ellas sin que nada ni nadie les importe por sobre eso, que cariño más inmenso el que demuestran sin esperar nada a cambio... con una simple sonrisa de esa criatura, es suficiente para llenarlas de tanta alegría y orgullo... que humildad mas bella de su corazón.
Llega la hora de ir al colegio, todos recordamos aquel gran día... el día en que nos desprendemos físicamente por un momento de ellas y es tan traumático que sentimos que nos están abandonando en tierras desconocidas sin entender el porqué de ello, lo que no logramos comprender es el dolor que ellas sienten en ese momento dejando a su mejor creación en manos de personas extrañas y viendo nuestros ojos inocentes llenos de lágrimas suplicando no me dejes mamá...
Luego llegamos a secundaria, claro ya pensamos que podemos conquistar el mundo por el simple hecho de poder ser mas independientes de ellas aunque sin saberlo velan nuestro sueño y piensan todo el día en nosotros ya que seguimos siendo su reflejo, su vida.
En la universidad nos cambia el panorama, ahora si que pensamos que no necesitamos mas consejos ni apoyos, somos hombres hechos y derechos, ¿derechos? Quien sabe si al no contar con los castigos y consejos de ellas, nuestra vida hubiera tomado caminos torcidos, pero gracias a Dios siempre tienen ese buen consejo a tiempo para poder ser hombres de bien en esta tierra.
Luego comulgamos con el sagrado sacramento del matrimonio, hemos escogido a la persona con quien queremos compartir el resto de nuestra vida y pensamos que es suficiente para poder llevar nuestra vida por delante... grave error, nuestra MADRE nunca deja de ser MADRE... ella siempre estará presente y pendiente de todos nuestros movimientos, por la sencilla razón que somos su mejor creación y orgullo para toda la vida sin importar qué seamos, la carrera  que estudiemos, ni el cónyuge que escojamos, ella siempre estará a la distancia de una llamada para que ella esté presente.
Hay personas que se preguntan cómo es posible que las madres tengan tanto amor en su interior y es por la sencilla razón que el amor de ellas se multiplica, nunca se divide entre sus hijos, en realidad son la creación perfecta que Dios pudo hacer en la tierra y de lo cual tenemos que estar orgullosos toda la vida y darle gracias a Dios de tener una MADRE.
Mi caso es especial... tengo una madre que ha estado siempre a mi lado apoyándome desde que nací, la recuerdo claramente cuando me enseñó a escribir con el método Palmer, cuando hacíamos las tareas de matemáticas que tanto me costaban, repasábamos Estudios Naturales para aprender lo bello de la creación y principalmente  enseñándome a rezar y tener Fe en Dios... ah  días aquellos para que volvieran, en vez de reclamar por el estudio la llenaría de besos agradeciendo semejantes gestos de amor y enseñanzas, que son las que han forjado mi vida. Ahora como padre de familia comprendo grandemente sus consejos y le doy gracias a Dios de tener la MADRE  que tengo... creo que casi nunca te escribí en mi juventud pero quiero decirte lo mucho que te quiero y lo orgulloso que me siento ser tu hijo y el día que no te tenga físicamente conmigo, siempre te seguiré pidiendo consejos para nunca errar en mi vida.


Tu hijo

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